Seguro que en más de una ocasión en los últimos meses habréis oído hablar del término “currículum social”. Aunque sólo leyendo el nombre podemos intuir de que se trata, si queremos saber exactamente a qué nos referimos, tenemos primero que darnos cuenta del auge que han sufrido los social media en los últimos años.
No cabe duda que las redes sociales están cada día más presentes en nuestra vida, y esto sin duda se ha convertido en una oportunidad, tanto de búsqueda de empleo como de selección de candidatos para los responsables de departamentos de RRHH.
El currículum social va más allá del currículum tradicional. El currículum social ofrece información de nuestra actividad en Internet, las redes sociales en las que estemos presentes, foros y blogs en los que participemos, etc. Como podéis imaginar, esto puede ser una ventaja o un inconveniente. El responsable de RRHH puede saber cuáles son nuestros gustos, nuestras aficiones, cómo somos… antes de tener la entrevista con nosotros. Por eso, cada vez son más las empresas que valoran este tipo de información en sus procesos de selección.
Es importante, por tanto, mantener una actitud adecuada tanto en las redes sociales como en la web, a sabiendas que es una información que está al alcance de todos y que nos puede perjudicar en nuestra carrera profesional. Pero no sólo hay que ver el lado peligroso, sino también la oportunidad para encontrar un empleo acorde con nuestros conocimientos. Redes sociales como Linkedin o Xing, especializadas en establecer relaciones profesionales y proporcionar ofertas de trabajo, así como las numerosas páginas y foros especializadas en cualquier ámbito profesional, son un ejemplo claro de cómo podemos sacar el mayor partido posible a la Web 2.0 desde un punto de vista profesional.
Si nos ponemos en la piel del empleado de RRHH que tiene que contratar a alguien, podemos hablar de 3 puntos a tener en cuenta a la hora de seleccionar nuestro “currículum social”
– Por un lado nuestra actividad en la red: si somos muy activos, lo que decimos, que tipo de contenidos compartimos, si tenemos página web propia, etc.
– En segundo lugar, los contactos que podamos tener en diferentes redes sociales y en la red en general. Como decíamos antes, Linkedin es el ejemplo de cómo establecer relaciones profesionales (networking) a través de una red social. Por eso es importante establecer contactos con gente que nos interese profesionalmente y que nos puedan aportar conocimientos y aptitudes profesionales.
– Por último, la reputación que tengamos en la red. El conjunto de la información que compartamos y generemos en la red, hará que nuestra reputación sea mejor o peor. Y eso, aunque parezca complicado, es fácil de analizar a través de las cada vez más numerosas herramientas existentes para analizar perfiles sociales y la reputación online.
Evidentemente, el currículum social no es el único elemento que el responsable de RRHH va a tener en cuenta a la hora de contratar a una persona, pero si puede ser un elemento eliminatorio para no seguir avanzando en el proceso de selección (por ejemplo, si quieres trabajar como social media, habrá muchas empresas que tendrán en cuenta si tienes un blog, si lo actualizas con frecuencia, si tienes perfiles activos en las principales redes sociales, etc.).
Todo suma a la hora de conseguir un puesto de trabajo, y el currículum social, también.
Lo que me sale de las Webs
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